¿Cuál es el origen de Halloween y por qué se celebra hoy?
¿Cuál es el origen de Halloween y por qué se celebra hoy?

¿Cuál es el origen de Halloween y por qué se celebra hoy?

 

Halloween es la fiesta más terrorífica del año que se celebra cada 31 de Octubre, coincidiendo con la víspera del Día de Todos los Santos. Aunque muchas personas creen que es una fiesta procedente de Estados Unidos, sus orígenes se remontan mucho más atrás en el tiempo.

Durante esta noche, también conocida como 'Noche de las Brujas', todos los niños salen en las calles y llaman a las puertas con la frase 'truco o trato', en busca de dulces y caramelos. Las calles se decoran con calabazas, telas de arañas y fantasmas, lo que difunde alegría entre las familias y amigos que quieren disfrutar de amables momentos juntos. 

Origen de la celebración

La palabra Halloween deriva de la expresión inglés ‘All Hallows Eve’, que literalmente significa 'víspera de Todos los Santos'. Tiene sus raíces en una tradición de la cultura celta de Europa, que se remonta a más de 3.000 años atrás. Para los Céltas, la noche entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre marcaba el comienzo del nuevo año celta, un festival llamado Samhain. Es una fiesta en la que se celebraba el final de la temporada de cosechas y el comienzo del otoño. De hecho, los celtas consideraban solo dos estaciones al año: la estación de luz, que incluye primavera y verano, y la de oscuridad, que comprende otoño e invierno.

 

También se creía que, en esta ocasión, criaturas como espíritus y demonios podían cruzar la línea entre nuestro mundo y el de los muertos, caminando entre los vivos mientras viajaban hacia el más allá. Para evitar a los espíritus malos, se utilizaban máscaras y disfraces terroríficos para espantarlos o para no ser reconocidos. Además, se colocaban en casa objetos relacionados con la muerte como huesos o claveras. En cambio, se organizaban también banquetes con calabazas iluminadas en las tumbas para honrar los espíritus buenos de los antepasados familiares. Finalmente, esta celebración era también una manera para despedir al dios del Sol, Lugh, para dar la bienvenida al otoño con sus noches largas y frías.

A través de la migración de los irlandeses, esta celebración llegó a Estados Unidos y Canadá alrededor de 1840. Sin embargo, fue a partir de 1921 que se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota, incrementando su popularidad. La internacionalización de Halloween se aceleró en las décadas de 1970 y 1980, gracias a la influencia del cine y la televisión. Aunque sus raíces están en las tradiciones celtas de Samhain, a lo largo de los años Halloween se ha convertido en una fiesta de disfraces, calabazas talladas y dulces que disfrutan personas de todo el mundo. 

La tradición celta

En el hemisferio norte, a finales de octubre, se cosechan frutos secos, además de calabazas, calabacines y zapallos. Por esta razón la calabaza se convirtió con el tiempo en un símbolo icónico de Halloween. La tradición de los disfraces y las máscaras procede de la cultura celta, ya que creían que durante el tránsito entre el mundo de los vivos y el de los muertos, algunos espíritus malignos podían colarse entre ellos. Por lo tanto, utilizaban máscaras terroríficas para ahuyentar a los espíritus malos.

Cuando el cristianismo se fusionó con estas tradiciones, muchas de las prácticas celtas fueron consideradas impuras y paganas, lo que ha llevado a que para algunos, Halloween continúe teniendo una connotación negativa. En esta noche, los celtas realizaban rituales relacionados con el retorno de los muertos al mundo de los vivos. Para facilitar su regreso, dejaban velas encendidas durante la noche como guía y dejaban comida y bebida como ofrenda en sus hogares. A medida que el cristianismo ganaba influencia, la celebración se distanció un poco de sus raíces paganas y dio lugar al Día de Todos los Santos.

Los celtas tenían la costumbre de realizar sacrificios rituales humanos, animales y vegetales, además de dejar ofrendas y alimentos en las puertas de las casas, para homenajar a los difuntos o para alejar a los malos espíritus. También encendían hogueras como guía para los difuntos. Para prevenir posibles posesiones espirituales, se vestían con pieles de animales.

Con la llegada del cristianismo, los sacrificios comenzaron a disminuir gradualmente. Sin embargo, en el año 835, el Papa Gregorio III intentó reemplazar la festividad pagana de Samhain traslando el Día de Todos los Santos del 13 de mayo al 1 de noviembre, aunque no tuvo éxito. Así, ‘Samhain’, que significa ‘final del verano’, evolucionó hacia ‘All Hallow's Eve’ o ‘Víspera de Todos los Santos’.

Con el tiempo, el nombre se simplificó hasta convertirse en ‘Halloween’. La festividad adquirió una gran popularidad cuando Hollywood y el capitalismo estadounidense vieron su potencial comercial, especialmente con películas como "Halloween" de John Carpenter.

La tradición de tallar nabos, que protegían contra los espíritus de los muertos en la noche de Halloween, se transformó en el uso de calabazas en Estados Unidos debido a la inmigración irlandesa. Las calabazas eran más accesibles y económicas en ese país. A pesar de los esfuerzos de la Iglesia Católica para reemplazar Halloween con el Día de Todos los Santos, la festividad pagana se mantuvo y se convirtió en una celebración global.

La leyenda de Jack O’Lantern

Una de las tradiciones más populares de Halloween es la práctica de tallar rostros terroríficos en calabazas, que luego se iluminan poniendo adentro una vela. Pero, sorprendentemente, esta costumbre no se originó con una calabaza, sino con un irlandés llamado Jack el tacaño, que logró engañar al mismo diablo utilizando un nabo.

Según la leyenda, el alma de Jack era tan negra que atrajo la atención del diablo, quien decidió disfrazarse como un humano y visitarlo para comprobar la existencia de semejante individuo. Después de pasar largas horas bebiendo con Jack, el demonio desveló su verdadera identidad.

Cuando Lucifer comunicó su intención de llevarse a Jack para que enfrentara las consecuencias de sus pecados, Jack le pidió solo tener una última cerveza, que el diablo le concedió. Sin embargo, al final de la ronda, Jack se dio cuenta que no tenía dinero. En ese momento, Jack desafió al diablo para que demostrara sus poderes, transformándose en una moneda. Una vez que lo ha hecho, Jack rápidamente lo cogió y lo guardó en su bolsillo junto a un crucifijo de plata. Así, Jack logró que el maligno prometiera no molestarlo durante un año si lo liberaba, y entonces lo hizo.

Cuando ese tiempo pasó, Lucifer regresó, pero Jack le pidió que alcanzara una manzana en lo alto de un árbol para disfrutar de una última comida antes de enfrentar su tormento eterno. Mientras el maligno estaba en la cima del árbol, Jack entalló una cruz en su tronco para evitar su escape y exigió no ser perturbado durante 10 años, además de que nunca reclamara su alma para el más allá a cambio de liberarlo.

A pesar del trato que había hecho, Jack murió antes de que se cumplieran los diez años acordados. Cuando llegó a las puertas de San Pedro, le fue negada la entrada por su comportamiento poco virtuoso en vida. Así que, debido al pacto que había firmado con el diablo, tampoco pudo ingresar al infierno. Jack quedó atrapado en un limbo eterno, sin un lugar en el cielo ni en el infierno, condenado a deambular en la oscuridad por toda la eternidad.

Aún enfadado con Jack, el diablo lanzó brasas ardientes hacia él, que pero las atrapó dentro de un nabo hueco que utilizó como linterna. Condenado a vagar entre los reinos del bien y el mal, y con su linterna como su única fuente de luz, Jack el Tacaño comenzó a ser conocido como 'Jack of the Lantern' abreviado: 'Jack O'Lantern'.

De esta manera, se originó la tradición de usar nabos y posteriormente calabazas para imitar el brillo de las brasas del inframundo, que iluminan el camino de los difuntos en Halloween, y así evitar que Jack O'Lantern llame a tu puerta.

De donde viene la tradición de ‘truco o trato’

En una versión primitiva del 'truco o trato', se creía que los celtas disfrazados como espíritus solían visitar las casas de sus vecinos realizando tonterías y malvados trucos a cambio de comida y bebida. Esta práctica podría tener sus raíces en la antigua costumbre de dejar alimentos y bebidas en las puertas de las casas como ofrendas a los seres sobrenaturales y espíritus, para intentar obtener su protección durante la festividad.

Entre estos espíritus, había también Jack O'Lantern, que solía visitar las casas durante Halloween pidiendo 'truco o trato'. Según la tradición, la mejor opción era hacer un trato con él sin importar el costo, para evitar caer en su truco, que implicaba maldecir la casa y a sus habitantes, condenándolos a sufrir toda una serie de infortunios a partir de ese momento.

En el siglo IX, los individuos menos afortunados solían hacer visitas a los hogares de familias más ricas, donde recibían postres conocidos como 'pasteles del alma' a cambio de la promesa de pregar por las almas de los parientes difuntos de los dueños de la residencia. Esta tradición más tarde fue adoptada por los niños, quienes llamaban a la puerta de muchas casas solicitando dones como dulces, dinero y también bebidas como la cerveza.

 

Sin embargo, el 'truco o trato' como lo conocemos hoy en día se empezó a practicar solo a finales del siglo XIX. La popularización de Halloween en Estados Unidos también introdujo la costumbre de que los niños visitaran casas vecinas pidiendo dulces, pero no fue hasta 1911 que se encuentra la primera mención documentada al respecto. Los años 20 marcaron un período de expansión de la celebración, pero fue durante la década de 1950 cuando el 'truco o trato' se hizo verdaderamente popular a nivel mundial.

Este cambio se produjo cuando una familia de Pensilvania comenzó una campaña de recolección de dulces y alimentos a favor de UNICEF, utilizando la práctica del ‘truco o trato’ como parte de su iniciativa. A partir de ese momento, la aparición y promoción de esta campaña por parte de numerosos medios de comunicación lo convirtieron en un elemento central de la celebración de Halloween en todo el mundo.  

 

En conclusión, Halloween tiene sus raíces en antiguas tradiciones y creencias celtas, que, a lo largo de los siglos, evolucionaron y se mezclaron con influencias cristianas. Sin embargo, muchas de las prácticas paganas persistieron y se transformaron en lo que hoy conocemos como Halloween. 

Halloween es un interesante ejemplo de cómo las tradiciones culturales evolucionan y se adaptan con el tiempo, conservando elementos de su pasado mientras se integran en nuevas celebraciones y culturas.

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