La pérdida de un ser querido es una experiencia profundamente dolorosa y personal. Cada individuo enfrenta e intenta superar el duelo de manera única, y no hay una guía universal que pueda seguirse para superarlo.
La tradición de encender velas a los difuntos ha sido una forma de honrar y recordar a aquellos que han partido de este mundo desde hace mucho tiempo. Al igual, nos ayuda a superar el duelo de haberles perdido.
El proceso de duelo es una experiencia única y personal a la que todos enfrentamos en algún momento de nuestras vidas. La pérdida de un ser querido puede sumirnos en un profundo dolor y en un estado de desesperación. Sin embargo, en medio de dicha tristeza que nos invade, existen diferentes formas de sanar y una de ellas, es encontrar el consuelo que vamos buscando en un viaje.
Esparcir cenizas de un difunto en el mar es una práctica cada vez más común entre las familias que buscan honrar a sus seres queridos de una manera especial y significativa. Este acto simboliza la liberación del alma del fallecido hacia el infinito mar, lo que representa un final pacífico y tranquilo para su vida terrenal, pero ¿es esto legal?
La sensación de dolor y tristeza tras la pérdida de un ser querido puede parecer interminable, pero en realidad no lo es, con el tiempo todo pasa.
Cualquier persona que pierde a alguien querido experimenta un proceso de duelo y los niños no son diferentes. Independientemente de su edad, también pasarán por este proceso, pues puede ser algo difícil de comprender para ellos.
Con la llegada del mes de mayo y el buen tiempo damos la bienvenida a momentos de celebración. El día de una boda se podría describir como la mayor celebración del amor y la alegría, ya que es un momento de reunión con amigos y familiares. Aunque, en ocasiones esto lleva a la melancolía a muchos al recordar a seres queridos que no podrán estar presentes en ese día tan especial.
Se acerca la Semana Santa y con ello todas sus celebraciones. Son momentos de emoción, en especial para aquellos que son creyentes, pues son unas fiestas de carácter catequético, en las que muchos aprovechan para homenajear a sus seres queridos que ya no están con ellos o para celebrar el amor que sienten hacia otros.